Revista Ciencias Pedagógicas e Innovación
Volumen VIII, Nº 2 (enero-junio 2021), pp. 19-27
http://dx.doi.org/10.26423/rcpi.v8i2.378

El sentido generacional de los estudiantes de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana: expectativas sociales y profesionales de primer ingreso

The generational sense of the students of the Faculty of Pedagogy of the Veracruzana University: social and profesional expectations of first-time


*José Luis Suárez Domínguez1 https://orcid.org/0000-0002-2533-9065
Alim Getze Mani Eden Vasquez Feria1 https://orcid.org/0000-0002-8604-1529

1Universidad Veracruzana, México

* lsuarez@uv.mx

Resumen

En la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana en México, se estudió tres subpoblaciones de recién ingreso en un lapso de diez años, con el objetivo de conocer si los capitales culturales y escolares de los estudiantes y las familias que las constituyen influyen en la construcción de las expectativas sociales y profesionales hacia esa carrera. Se empleó una estrategia metodológica de tipo cuantitativa, descriptiva y comparativa. Entre los principales hallazgos identificamos que hay una fuerte influencia que se refleja en la similitud de las condiciones socioeconómicas, socioculturales y sociodemográficas de los estudiantes y en el tipo de expectativa que éstas producen. Entre las subpoblaciones es tan sostenida esta relación que se las puede designar como una generación, en el sentido sociológico. De esta forma, la disciplina pedagógica y la profesión docente forman parte de una expectativa que se configura bajo rasgos generacionales La institución escolar es un espacio que los estudiantes y sus familias usan para reproducir el nivel profesional, o bien, para mejorar las condiciones de vida.
Palabras clave: universidad; estudiantes; generación; familia; capital cultural

Abstract

In the Faculty of Pedagogy of the Universidad Veracruzana in Mexico, we studied three newly entered subpopulations in a period of ten years with the objective of knowing if the cultural and school capitals of the students and the families that constitute them influence the construction of social and professional expectations towards that career. We use a methodological strategy quantitative, descriptive and comparative type. Among the main findings we identify that there is a strong influence that is reflected in the similarity of the socioeconomic, sociocultural and sociodemographic conditions of the students and on the type of expectation they produce. Among the subpopulations this relationship is so sustained that we can designate them as a generation in the sociological sense. In this way, the pedagogical discipline and the teaching profession are part of an expectation that is configured under generational features. The school institution is a space that students and their families use to reproduce the professional level, or to improve living conditions.
Keywords: university; students; generation; family; cultural capital

Recibido: julio/09/2020 Aceptado: diciembre/05/2020 Publicado: diciembre/21/2020

1. Introducción

Este artículo aborda los capitales culturales y escolares de tres subpoblaciones de estudiantes de nuevo ingreso a la carrera de Pedagogía, zona Xalapa de la Universidad Veracruzana en México. Se estable como objetivo: conocer si las condiciones socioeconómicas, socioculturales y sociodemográficas de los estudiantes y sus familias han influido en las expectativas sociales y profesionales hacia esa carrera en un lapso de diez años. Para ello realizamos un análisis comparativo entre las subpoblaciones y observamos su relación con las expectativas. Pedagogía es una de las carreras con mayor número de estudiantes en la Universidad Veracruzana (UV). En tanto institución pública, la UV, es la entidad académica más importante en el contexto del estado de Veracruz, pues atiende al 25 por ciento de la matrícula total equivalente a 235, 693 estudiantes (Ver SEV1).
Las orientaciones profesionales de la carrera son la docencia, la mediación pedagógica, la gestión, la administración educativa, los procesos curriculares, la investigación y la orientación educativa, tal como se expresa en su plan de estudios2. A pesar de esta diversificación, predomina la formación hacia la docencia. Los egresados son una de las principales poblaciones en los subsistemas de telesecundaria y telebachillerato.
Debido a la diversidad geográfica, sociocultural y socioeconómica en México, la Educación Media Superior EMS, en la cual se ubica el bachillerato, es una organización altamente diferenciada. La EMS ofrece tres tipos de servicio en cuanto a su formación se refiere: general, tecnológico y profesional técnico. El servicio general se orienta a la formación de estudiantes para ingresar a instituciones de educación superior, el tecnológico proporciona capacitación y conocimientos técnicos en áreas productivas (industrial, pecuaria, agropecuaria). El profesional técnico forma estudiantes para incorporarse directamente al sector productivo, Véase Programa Estatal de Educación3.
Dentro del servicio general, se ubican los bachilleratos generales, los telebachilleratos, los telebachilleratos comunitarios, en línea y abiertos. En general, los telebachilleratos presentan diferencias importantes con respecto a los bachilleratos generales, no solo en cuanto a infraestructura y modalidades de enseñanza y aprendizaje, sino también con respecto a la ubicación geográfica, pues están más alejados de las ciudades con mayor índice de urbanización. Esto vuelve a los establecimientos espacios sociales y culturales diferenciados.
La UV recibe estudiantes procedentes de los bachilleratos generales, los telebachilleratos, los colegios de bachilleres, los bachilleratos tecnológicos, los abiertos, y los privados. En cada carrera estos establecimientos se representan en distinta proporción. Las expectativas sociales y profesionales de los estudiantes de Pedagogía se relacionan con los espacios sociales donde ellos han desplegado su socialización, pero de manera particular con la configuración del capital cultural y el capital escolar del núcleo familiar como base de construcción de sus trayectorias escolares. Juegan un rol también los rasgos de género y los relativos a la edad. La relación de estos aspectos interviene en la configuración de la carrera de Pedagogía como una opción para el ejercicio de la docencia.

2. Desarrollo teórico

La principal relación de análisis del problema de investigación está constituida por la noción de capital cultural y escolar de los estudiantes y su intervención en la construcción de expectativas sociales y profesionales hacia una carrera universitaria. Por capital cultural se entiende una acumulación de rasgos, bienes, prácticas socioculturales que definen a un núcleo familiar de acuerdo con el nivel de posesión de éstos.
De acuerdo con Bourdieu4, el capital cultural genera un sentido práctico, un sentido del juego socialmente constituido. El capital cultural participa en la producción de la Illusio, aquel convencimiento acerca de lo legítimo de la inversión de tiempo en determinadas actividades (como en la obtención de un título universitario dentro de alguna disciplina específica). La Illusio, que es histórica y producto de una estructura social, define aquello que se considera válido socialmente.
Las expectativas sociales y profesionales de los estudiantes son, entonces, un constructo que deriva del capital cultural. Estamos ante una expresión de las posibilidades objetivas de los agentes estudiantiles, tal y como lo plantea Bourdieu4. Estas posibilidades objetivas introducen una diferencia importante respecto de las expectativas como resultado solo de una decisión subjetiva, o bien, de una decisión racional, como acción colectiva ligada a la obtención de un fin, o a la maximización de una ganancia, tal como lo refieren autores como Stark y Yitzhaki5; Elster6.
La idea subjetivista concibe la toma de decisión desde la condición espontánea; no considera la construcción del agente en el devenir histórico, ni su socialización primaria (familiar o equivalente). Por su parte, la perspectiva racional está más a favor de un cálculo consciente, de la maximización de la ganancia que conlleva una determinada acción social (elegir una carrera). Las expectativas sociales y profesionales se explican dentro de estas posturas como el resultado del cálculo consciente del agente sobre el costo y el beneficio.
En contraparte, sostenemos que las expectativas son la expresión de posibilidades objetivas de los agentes y se producen según las condiciones socioeconómicas, socioculturales y sociodemográficas que orientan la elección de una carrera. Este fenómeno social, cuenta con las características con las que Bourdieu7 delinea la “toma de posición”: los agentes elaboran su proyecto propio según sus posibilidades disponibles, sus expectativas y oportunidades. Ello, en el marco de condiciones que expresan el capital cultural, social, escolar y simbólico, producto de la historia de tales agentes y sus familias (lo que se espera de los agentes sociales en tanto estudiantes, hijos y profesionales universitarios). Esta relación no se refleja en el binomio costo beneficio, sino en la practicidad del acto de usar a una institución social como la universitaria, para lograr la movilidad social, el mantenimiento de un nivel escolar o el ejercicio de una profesión como tradición familiar.
Las entidades familiares producen mecanismos de regulación complejos e, incluso, inconscientes. Estos mecanismos están inscritos en un habitus: conjunto de disposiciones para la práctica. Las dimensiones subjetiva y afectiva de los agentes deben ponerse en relación a las posiciones objetivas que ellos tienen dentro de determinado campo para explicar sus puntos de vista y sus esquemas de percepción. La construcción de expectativas está representada en la idea de que los miembros de la familia son portadores de aquella forma de pensar que ha sido transmitida por generaciones previas, en concordancia con Bourdieu4. En este breve posicionamiento teórico, nos es particularmente útil el concepto de generación. En la estructura del problema de la investigación, se recupera la concepción de Leccardi y Feixa8, quienes refiriendo a Abrams señalan:
“Una generación en el sentido sociológico es el periodo de tiempo sobre el cual una identidad se construye sobre la base de recursos y significados que socialmente e históricamente se encuentran disponibles. De la misma forma, las nuevas generaciones crean nuevas identidades y posibilidades de acción (…) no existe un tiempo normalizado con el cual medir o predecir su ritmo. Por lo tanto, desde un punto de vista sociológico una generación puede durar diez años o varios siglos tal y como sucedió en las sociedades premodernas”.
Los agentes son, entonces, portadores de recursos y disposiciones resultantes de sus trayectorias propias, y de las construcciones sociales y profesionales que sus familias de origen han conformado. Los agentes están situados en un punto específico del espacio social y reciben influencia de diferentes microcosmos sociales. Pueden constituir generaciones, convirtiéndose éstas últimas en unidades de análisis que, desde un punto de vista sociológico, nos aportan elementos para conocer los esquemas de percepción de los agentes (sus estructuras sociales incorporadas), sus elecciones (como la de una carrera universitaria) y sus expectativas en determinados contextos de la vida social. Bajo esos postulados teóricos, nos proponemos sustentar que las subpoblaciones pueden ser consideradas como una generación, explorando las expectativas que acompañaron a su elección de ingreso a la Facultad de Pedagogía de la UV, sede Xalapa.

3. Materiales y métodos

Se empleó una metodología cuantitativa, descriptiva y comparativa para identificar la influencia de un conjunto de características socioeconómicas, socioculturales y sociodemográficas en las expectativas de tres subpoblaciones de estudiantes de recién ingreso a Pedagogía. Se trata de las subpoblaciones de los años 2008, 2011 y 2018. En cada ocasión se aplicó un cuestionario que contenía una sección referente a las expectativas. La aplicación se realizó bajo la modalidad de censo. Se empleó la prueba de Alpha de Cronbach para evaluar la fiabilidad del cuestionario, siendo los resultados de .851, .853, y .857 para los años 2008, 2011 y 2018 respectivamente. Las variaciones, responden a modificaciones de expresión en las preguntas, además de mejoras visuales en el cuestionario.
Los datos utilizados provienen de tres proyectos de investigación en los que se indagó el capital cultural, entendiéndolo como prácticas sociales, académicas y culturales de los estudiantes para conformar un perfil de ingreso a la Universidad Veracruzana. La comparación de las tres subpoblaciones de estudiantes de Pedagogía, su perfil de ingreso y el análisis generacional de diez años es un ejercicio inédito.
El principal criterio de inclusión de los sujetos de estudio fue que los estudiantes formaran parte de alguna de las subpoblaciones para abarcar la temporalidad de los diez años. No se utilizó un criterio de selección de estudiantes al interior de las subpoblaciones, toda vez que se recurrió a la modalidad de censo más que a la de muestreo, como ya se ha mencionado. En total, se contó con información de tres subpoblaciones de nuevo ingreso (493 estudiantes) a la Facultad de Pedagogía, como se muestra en la tabla 1.

Tabla 1. Subpoblaciones estudiantiles de primer ingreso a la Facultad de Pedagogía.

4. Resultados

En el estudio, se plantearon tres preguntas de investigación orientadoras del análisis subsecuente. La primera fue: si las subpoblaciones tienen similitud entre sí, lo cual aportaría evidencia sobre el hecho de que las expectativas para elegir una carrera como Pedagogía están en franca relación con las características señaladas en el concepto sociológico de generación. La similitud entre las tres subpoblaciones de análisis, daría fuerza a la idea principal de análisis. Para ello, trabajamos con variables sociodemográficas entre ellas la edad, el sexo, la condición laboral y la región de procedencia.
La segunda pregunta de investigación está relacionada con los antecedentes familiares; se formuló para identificar los tipos de capital cultural y capital escolar que perfilan a los estudiantes que ingresaron a Pedagogía, a partir de la escolaridad y profesión de padre y madre, así como los establecimientos en los cuales cursaron el bachillerato. Acerca de este último rasgo, asumimos que existe un uso social de las instituciones escolares dotadas de prestigio académico en la medida en que las familias reproducen esa condición.
Para abordar las preguntas planteadas previamente, se emplearon variables relativas a las condiciones objetivas de posibilidad. A este respecto, recuperamos una de las diferencias principales entre expectativas y aspiraciones explicada por Khattab9. Para el autor, mientras las aspiraciones están más orientadas por el imaginario o aquello que el agente social desea alcanzar en un futuro, las expectativas se relacionan más con las posibilidades objetivas para alcanzar un propósito.
Las variables con las que se busca dar respuesta a las dos preguntas de investigación están más relacionadas con las expectativas que con las aspiraciones. Independientemente de la construcción de imaginarios o representaciones respecto a las carreras, permiten conocer las probabilidades que ellos tienen de cursar la carrera, así como el conocimiento sobre su perfil como estudiantes de nuevo ingreso.
La última pregunta de investigación se relacionó con las expectativas a largo plazo. Qué esperan losestudiantes después de cursar la carrera. Si bien en este momento de su trayectoria escolar (recién ingreso a la universidad) tenían una idea general sobre su futuro profesional, el panorama formado por ellos en ese entonces se integró a nuestro estudio. En virtud de ello, exploramos su intención de concluir la carrera; si buscaban la profesión de docencia u otra posibilidad contenida en el plan de estudios; si había un interés por estudiar posgrados e insertarse en la vida laboral a pocos años de su egreso.
Las variables de la última pregunta están en apariencia orientadas en un sentido aspiracional; según la definición de Khattab9, como una especie de imaginario de lo que los estudiantes como agentes sociales deseaban con respecto a la carrera. Sin embargo, al articularse con las condiciones de posibilidad integradas en las primeras dos preguntas, estas representaciones tenían oportunidad de concretarse.
Con los datos, se construyeron los perfiles para dar respuesta a las preguntas planteadas. Comenzaremos el análisis sobre las construcciones descritas. En la tabla 1, se observa que en la carrera de Pedagogía hay un predominio del género femenino. En todas las subpoblaciones, prácticamente tres cuartas partes de la población total son mujeres, tal y como se observa en la tabla 2, la cual resume la edad, la condición laboral y la región de procedencia.

Tabla 2. Perfil sociodemográfico de los estudiantes de recién ingreso a Pedagogía.

Según Pérez Islas10, la edad está regulada por distintos elementos de acuerdo con el contexto histórico que los define. El ingreso a la educación superior es una condición asociada a la noción ideal de juventud caracterizada por una trayectoria escolar continua, la cual, si bien no ha dejado de ser mayoritaria, se ha reducido ante las condiciones estructurales que viven los jóvenes actualmente. En contraparte, se han incrementado los estudiantes que usan más tiempo del previsto para concluir los estudios en cada nivel escolar, tal cual han reconocido Acosta y Planas11 y De Garay12.
El perfil sociodemográfico de la población indica el grado de similitud en la distribución porcentual de la edad y del resto de las variables mostradas. Más de la mitad de la población ingresó al nivel educativo superior a una edad considerada ideal (17-18 años), o bien con apenas un año de retraso (rango 19-20) para ser designada como una trayectoria continua en términos de escolaridad.
Continuamos identificando similitudes cuando observamos que la gran mayoría de la población de los estudiantes se dedicaba exclusivamente a los estudios. Este es un rasgo atípico, actualmente. Es cada vez más común que las universidades mexicanas reciban estudiantes cuyo tiempo se divide entre el estudio y las actividades laborales. Esta relación está muy documentada; algunos autores, de hecho, indican que los estudiantes dedicados exclusivamente a las actividades propias de la vida académica son una minoría (De Garay12; Petit, González y Montiel13, Pérez Islas10 y Ibarrola14 ). En las tres subpoblaciones, apenas el 10 por ciento trabajaba, lo cual apunta a la existencia del respaldo familiar para la dedicación exclusiva a los estudios.
Con respecto a la región de procedencia, encontramos mayor presencia de estudiantes con origen foráneo en comparación con Xalapa, ciudad donde se ubica la carrera de Pedagogía que analizamos en este artículo. La procedencia geográfica es una pieza clave para comprender este primer acercamiento al perfil de los estudiantes, porque permite sostener que la condición de estudiante foráneo o con dedicación exclusiva a la escuela, solo es posible al contar con cierto nivel de poder adquisitivo para la vivienda, el transporte, la comida, entre otros aspectos.
La segunda pregunta de investigación aborda los antecedentes familiares. Se formuló para explorar los tipos de capital cultural y capital escolar de los estudiantes, vistos a partir de la escolaridad y profesión de padre y madre, y los establecimientos en los cuales cursaron el bachillerato. Este último rasgo se refiere a la escuela, en particular al uso social de estas instituciones, cuyo prestigio académico se da en la medida en que las familias reproducen esa condición. Primero clasificamos por separado la escolaridad2; después, con la técnica de maximización de valores3 hicimos un índice a partir de las dos variables. Este índice fue denominado escolaridad ambos padres, como se muestra en la tabla 3.

Tabla 3. Nivel de escolaridad de los padres de los estudiantes.

El nivel de escolaridad nos proporcionó una de las referencias más cercanas para conocer el proceso de elección de una carrera. Es la socialización familiar la encargada de la gestación de las expectativas profesionales. La convivencia con un núcleo familiar y la experiencia de éste con la escolaridad superior, nos indicó el nivel de disposición individual y familiar para el curso de la carrera de Pedagogía
En la distribución de las subpoblaciones, se aprecia nuevamente una similitud entre cada una de las categorías establecidas. Alrededor de un treinta por ciento de los estudiantes provenía de un núcleo familiar en el que, al menos uno de los padres contaba con estudios de nivel superior; en contraste, la mayoría de ellos provenía de familias en las que al menos uno de los padres cursó la educación básica. La influencia del capital cultural detonó procesos de reproducción del nivel de escolaridad, mientras en otros casos impulsó procesos de mayor escolaridad. Estos últimos han sido registrados en otras investigaciones como estudiantes de primera generación o alumnos universitarios pioneros véase Flanagan15, Velázquez y Gonzalez16, Silva y Rodríguez17, Carreño18.
En la exploración sobre la profesión de los padres de familia utilizamos una operación similar a la anterior construcción del índice de escolaridad. Pero esta vez elaboramos un perfil profesional de los padres con las variables profesión del padre y de la madre4, como se observa en la tabla 4

Tabla 4. Profesión de los padres de los estudiantes.

Los datos mostraron una diferencia apenas visible entre las subpoblaciones. Casi la mitad de los estudiantes que ingresaron en 2008, tenían como referencia profesional de sus padres el trabajo dentro del sector servicios. En las dos subpoblaciones siguientes se equilibró la distribución y ascendió el porcentaje de quienes tenían padres de familia con una profesión universitaria. La distribución bimodal acerca de las características del entorno familiar de origen, permite sostener que en dicho núcleo se presuponen expectativas en torno a la escolaridad y el empleo, en el sentido expresado previamente: un grupo reproduce un capital cultural y otro busca acrecentarlo.
Veamos ahora los establecimientos donde los estudiantes cursaron el bachillerato. Esta variable ayudó a conocer cómo la familia aprecia y usa socialmente a las instituciones para perfilar la expectativa profesional de los hijos. Según la tipología descrita en el inicio de este trabajo, configuramos la tabla 5.

Tabla 5. Tipo de Bachillerato de procedencia.

Las expectativas hacia la carrera de Pedagogía se relacionan con la trayectoria escolar. Es evidente el predominio de los bachilleratos oficiales en la escolaridad de los estudiantes previo al ingreso universitario. La formación de estos establecimientos está orientada a la educación superior, tienen una infraestructura más completa y una ubicación geográfica favorable al estar integrados a las ciudades con mayor índice poblacional (mayor oferta cultural, servicios y comunicación).
En un segundo plano, están los telebachilleratos. Absorbieron cerca de un 20 por ciento en las tres subpoblaciones estudiadas. Estos establecimientos tienen condiciones muy diferentes a las de los bachilleratos oficiales. Su ubicación geográfica en los municipios de menor ventaja geográfica y urbana, a menudo se traduce en una formación escolar más frágil.
En general, los bachilleratos intervienen analíticamente en la construcción del problema de investigación no solo por las condiciones en las que se encuentran sino porque son espacios donde se construye sentido, de ahí que algunos trabajos dediquen su atención a todo aquello que forma parte del sistema social y cultural de los mismos, como apuntan Guzmán19, Guerra y Guerrero20, Suárez y Anaya21. Por su parte, García y Padilla22 sostienen que, en última instancia, la institución educativa es un campo en el que suceden diversos eventos que tienen impacto en la vida académica y personal del estudiante.
Con respecto a las variables relacionadas con la tercera pregunta de investigación, las expectativas sociales y profesionales de los estudiantes pueden identificarse al explorar aquello que las subpoblaciones esperan a largo plazo (al menos cuatro años como duración estándar de una carrera). La primera variable se enfocó en conocer la intención de los estudiantes en cumplir con la carrera completa. El primer año es el periodo en el cual más del 30 por ciento de ellos abandonan los estudios por motivos relativos a su situación socioeconómica, así como a la gran inversión de tiempo que demandan los estudios universitarios, tal y como se muestra en la tabla 6.

Tabla 6. Concluir la carrera completa.

Los estudiantes tenían una expectativa muy alta sobre la conclusión de la carrera. Los datos se distribuyeron más como una constante que como una variable. Solo una cuarta parte de los estudiantes de la subpoblación 2008 manifestó alguna duda sobre la conclusión, pero la tendencia fue muy clara. Cabe señalar que la respuesta “hasta el primer año” había sido formulada con la intención de ver el posible cambio de carrera que en la Universidad Veracruzana se da con mucha frecuencia en ciertas opciones profesionales. Incluso, como parte de un sentido estratégico, algunos estudiantes optan por ingresar a carreras de muy poca demanda y después de un año buscan su ingreso a otra carrera, lo que se denomina como transferencia institucional, ese uso estratégico del sistema aprovechando las opciones que él mismo ofrece, tal cual reportó el estudio clásico de Tinto23 y en estudios más recientes De Garay24.
Veamos ahora las variables restantes. En las tres subpoblaciones indagamos si los estudiantes concebían la carrera como el inicio de una actividad profesional relacionada con la docencia o si había alguna variante en esta expectativa. También el interés que tenían para estudiar un posgrado, que aporta pistas sobre la intención de continuar la vida profesional más allá de la licenciatura. Dentro de la perspectiva profesional, incluimos cómo aprecian el panorama laboral a partir de estudiar Pedagogía. La tabla 7 muestra esta comparación.

Tabla 7. Expectativa profesional y laboral sobre la carrera.

En este último análisis se aprecia la docencia como la actividad sustantiva de la expectativa construida por los estudiantes, vinculada con una percepción de alta probabilidad de conseguir un empleo a partir de la carrera. Esta es una relación que actualmente está en declive, o que al menos se presenta de forma compleja en otras carreras y profesiones donde la incorporación al mercado laboral parece asociarse a un conjunto de prácticas formales e informales (como tener una beca o como realizar actividades no remuneradas al menos en un inicio) que deben cumplirse antes de obtener un empleo con cierta estabilidad.
La apreciación de los estudiantes de Pedagogía puede relacionarse con diversos escenarios, entre los cuales destacamos dos. El primero tiene que ver con el capital social de los estudiantes (la familia, la red de relaciones sociales familiares, la red de relaciones con pares y otros actores no relacionados con la familia). En estas redes no se excluyen situaciones como la herencia de plazas (pasar de padres a hijos), fenómeno que aún persiste en nuestro país. Un antecedente, desde luego, es que los padres de familia tengan construidas esas redes a partir de la profesión universitaria que tienen.
El segundo escenario implica la configuración del sistema de docencia, complejo y diverso que hay en los niveles de educación básica, media superior y superior (implica sindicatos, autoridades, trabajadores académicos, administrativos, burocráticos, etcétera) que ostentan mucho poder en la estructura profesional del estado. Estos sistemas emplean con frecuencia a los egresados de las licenciaturas en Pedagogía. En el estado de Veracruz, la Universidad Veracruzana, aporta profesionales de docencia para los subsistemas de telesecundaria y telebachillerato. La obtención del empleo es muy probable. En estos casos, los antecedentes familiares con profesiones universitarias no son comunes. La descripción anterior se confirma cuando observamos la percepción de los estudiantes para conseguir un empleo. Está muy definida la tendencia entre quienes aseguran contar con trabajo una vez que se ha egresado de la carrera.
Con respecto a la distribución de la variable estudios de posgrado, tenemos aquí una de las diferencias más notorias entre las subpoblaciones. En el 2011, el posgrado estaba entre la representación de más de dos terceras partes de la subpoblación. En el 2008, rebasaba la mitad de los estudiantes, y en el 2018, estaba por debajo de la mitad. Esta dispersión se explica porque con respecto a la expectativa social y profesional (incluido el ingreso al mercado laboral en los siguientes cinco años de egreso) el papel de la familia está muy activo, cuestión que hemos constatado en anteriores variables; pero el posgrado no forma parte de la expectativa familiar, está, por así decirlo, alejado de su ámbito de influencia, de ahí que la apreciación de los estudiantes frente a una situación a largo plazo esté menos apegada a la idea de una estructura como la mostrada hasta ahora.

5. Conclusiones y discusión final

Se ha revisado tres subpoblaciones de reciente ingreso a la carrera de Pedagogía en lo relativo a las condiciones socioeconómicas, socioculturales y sociodemográficas de ellos y sus familias, como una forma de operacionalizar las nociones de capital cultural y capital escolar.
Estas condiciones, fueron puestas en relación con la construcción de expectativas sociales y profesionales de los estudiantes para conocer su influencia. Hemos hallado que tales expectativas van en la dirección en la que se configura el capital cultural y escolar de los estudiantes. Este fenómeno se presenta de forma consistente en las tres subpoblaciones, lo cual permitió asumirlas como una generación en el sentido sociológico, tal como lo exponen Leccardi y Feixa8. El hilo conductor del análisis fue la construcción de expectativas profesionales de los estudiantes a partir de la revisión de grupos de variables articulados con tres preguntas de investigación orientadoras del estudio.
Sobre la primera pregunta y la relación de análisis formulada, se encontró un conjunto inicial de elementos que reflejaron semejanzas entre las distribuciones porcentuales de casi todas las variables descritas en las subpoblaciones a pesar de la distancia temporal entre cada una de éstas. Por la consistencia del perfil de los estudiantes de recién ingreso y la configuración de sus entidades familiares, consideramos que se cumplen los principales rasgos para referirnos a una generación en el sentido ya descrito.
Como generación, los estudiantes que ingresaron a Pedagogía en distintos años han producido una identidad sobre la base de recursos y significados construidos históricamente, tal y como apunta la noción de referencia. Estos recursos, así como sus nuevas posibilidades de acción, tienen como punto de partida al núcleo familiar. Los rasgos observados desde lo socioeconómico y lo sociodemográfico: el predominio del sexo femenino, la edad, la trayectoria continua, la dedicación exclusiva a los estudios, así como la procedencia de una ubicación geográfica foránea en la mayoría de ellos, confirman su carácter generacional. En las opciones profesionales universitarias la dedicación exclusiva a los estudios y la trayectoria continua son rasgos que no definen a la generalidad de los jóvenes universitarios en el país.
La segunda pregunta de investigación se articula con la primera y permite el desarrollo de lo expuesto hasta ahora. La generación de estudiantes bajo análisis mostró una configuración familiar muy semejante en aspectos socioculturales. El capital cultural y el capital escolar se expresaron como una referencia en casa donde predominaron dos perfiles, el de los padres de familia con estudios básicos en primer lugar, y el de los padres con estudios superiores como segunda representación. A su vez, la escolaridad impactó en la configuración profesional y, como consecuencia, hubo también dos perfiles; primero, el de los estudiantes cuyos padres tenían oficios y ocupaciones propios del sector servicios; segundo, el de los padres con profesiones universitarias. Esta población bimodal también se reflejó en los estudios de bachillerato, pues un primer grupo estudió en bachilleratos oficiales (generales), mientras un segundo grupo lo hizo en telebachilleratos, o bien, en bachilleratos tecnológicos. La expectativa para estudiar Pedagogía pasó por estas referencias de capital cultural y escolar en casa.
Los resultados anteriores, han sido documentados en otros estudios como los reportados por Merino, Morong, Arellano25, quienes identificaron que a mayor grado de escolaridad de los padres existe también mayor influencia en las expectativas de los estudiantes. Por su parte, Precht, Valenzuela, Muñóz y Sepúlveda26 ampliaron esta relación y observaron que la influencia no solo se da en la construcción de las expectativas mismas sino se extiende a la motivación de conseguir cierta movilidad social mediante los estudios universitarios.
La última pregunta de investigación se orientó al conocimiento de lo que los estudiantes esperaban de la carrera en un plazo más largo. La similitud en la generación volvió a ser una característica excepto en lo referente a los estudios de posgrado, donde los estudiantes reflejaron porcentajes distintos. Esto lo explicamos por el hecho de que el posgrado no formaba parte de la expectativa inicial de las familias de origen.
Al explorar otros rasgos relativos a esta tercera pregunta, se puede concluir que estudiar la carrera de Pedagogía tenía para la generación analizada dos propósitos visibles; el primero, continuar con la referencia familiar de estudios profesionales relativos a la docencia; el segundo, iniciar un proceso de movilidad social que derivara en la obtención de un empleo ligado al ejercicio docente. La docencia es la actividad sustantiva de esta generación. Las actividades que promueven los planes de estudio (al menos los últimos tres) de Pedagogía no forman parte del panorama profesional, cuestión que se articula con la dispersión mostrada en lo referente al posgrado.
Lo anterior concuerda con lo registrado en el contexto español por García, Ordóñez, Vinuesa e Izquierdo27, sobre la apuesta familiar por la mejoría en el ámbito laboral resultado del cursar una carrera universitaria; o la noción de ascensor social expresado en el trabajo de Said, Gratacós y Valencia28 que refiere a la elección de la profesión docente motivada por la mejoría socioeconómica derivada del ámbito laboral.
A manera de conclusión general, hemos identificado que las expectativas sociales se derivan del capital cultural y escolar de la familia. Están condicionadas a la primera socialización de los estudiantes. Esta relación es la que constituyó la identidad de la generación que hemos estudiado, al menos en los diez años que se han abarcado. Las expectativas están ligadas a los usos sociales de la institución escolar: qué significa la escuela para la familia, cómo ésta se apropia de la institución al mismo tiempo que pone en juego, durante ese proceso, su habitus, en tanto sentido práctico y estructura social expresada en una configuración generacional.

6. Bibliografía

  1. Secretaría de Educación de Veracruz. Anuario Estadístico. Veracruz. Obtenido de: https://www.sev.gob.mx/v1/servicios/anuario-estadistico/consulta/
  2. Universidad Veracruzana. Plan de estudios de la Facultad de Pedagogía. México. 2016.
  3. Gobierno del Estado de Veracruz. (16 de Junio 2017). Programa Estatal de Educación 2017-2018. Gaceta Oficial de Veracruz.
  4. Bourdieu, P. El sentido práctico. España: Taurus. 2007.
  5. Stark, T; Yitzhaki, S. Labour Migration as a Response to Relative Deprivation. Journal of Population Economics, 1988, 1(1), p. 57-70.
  6. Elster, J. Tuercas y tornillos. Una introducción a los conceptos básicos de las ciencias sociales. España: Gedisa, 1996.
  7. Bourdieu, P. Conversación: el oficio de Sociólogo. En I. Jiménez (comp.). Capital cultural, escuela y espacio social. México: Siglo XXI, 1997, p.41-64
  8. Leccardi, C., y Feixa, C. El concepto de generación en las teorías sobre la juventud. Última década, 2011, 34, p. 11-32.
  9. Khattab, N. Students’ aspirations, expectations and school achievement: what really matters? British Educational Research Journal, 2015, 41(5), p. 731-748.
  10. Pérez, J.A. Las transformaciones en las edades sociales. Escuelas y mercados de trabajo. En Reguillo R. (coord.) Los jóvenes en México. México: CFE, CNCA, 2010. p.52-89.
  11. Acosta, A., y Planas, J. La arquitectura del poliedro. Guadalajara: Universitaria, 2014.
  12. De Garay, A. Integración de los jóvenes en el sistema universitario. Prácticas sociales, académicas y de consumo cultural. Barcelona: Ediciones Pomares, 2004.
  13. Petit, M., González, M., y Montiel, M. Aproximación al perfil del estudiante trabajador de la Universidad del Zulia. Salud de los Trabajadores, 2011, 19, (1), p. 17-32.
  14. Ibarrola, M. Claroscuro en las relaciones entre la escolaridad y el trabajo. Configuraciones y límites. Revista páginas de la Educación. 9, 2016, p. 1-33.
  15. Flanagan, A. (2017). Experiencias de estudiantes de primera generación en universidades chilenas: realidades y desafíos. Revista de la Educación Superior, 2017, 46, (183), p.87-104. Obtenido de: http://dx.doi.org/10.1016/j.resu.2017.06.003
  16. Velázquez, Y, González M. Factores asociados a la permanencia de estudiantes universitarios: caso UAM-UAT. Revista de la Educación Superior, 184, 2017, p. 117-138.
  17. Silva, M., y Rodríguez, A. ¿Cómo viven su primer año universitario los jóvenes provenientes de los sectores de pobreza? En Guzmán C. (Edit.). Los estudiantes y la universidad: integración, experiencias e identidades. México: Asociación de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), 2013, p. 95-128
  18. Micin S, Carreño B, Urzúa S. Perfil de ingreso de estudiantes en carreras del área de la salud. Revista Cubana de Educación Médica Superior. 2017, 31(3), p. 155-167.
  19. Guzmán, C. Las nuevas figuras estudiantiles y los múltiples sentidos de los estudios universitarios. Revista de la Educación Superior, 2017, 46(182), p. 71-87.
  20. Guerra, I., y Guerrero, E. ¿Para qué ir a la escuela? Los significados que los jóvenes atribuyen a los estudios de bachillerato. En Weiss E. (Coord.) Jóvenes y bachillerato. México: ANUIES, 2012, p. 33-62.
  21. Suarez, J., y Anaya, R. Agencias y espacios de integración de estudiantes en el primer año en la Universidad Veracruzana. CPU-e, Revista de Investigación Educativa, 2019, 29, p. 131-153.
  22. García, O., Padilla, L. Expectativas de los estudiantes hacia la educación superior: influencia de variables familiares, personales y escolares. Sociológica, 2019, 34 (98), p. 221-251.
  23. Tinto, V. El abandono de los estudios superiores. Una nueva perspectiva de las causas de abandono y su tratamiento. México: UNAM, 1987.
  24. De Garay, A. et al. (coord.) Las trayectorias escolares de los jóvenes en un tablero de serpientes y escaleras. México: Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, 2017.
  25. Merino E, Morong G, Arellano AO, Merino E. Características, motivaciones y expectativas de estudiantes de género masculino de carreras pedagógicas de la Universidad Bernardo OHiggins. Actualidades Investigativas en Educación, 2015,15(3), p. 182–205.
  26. Precht A, Valenzuela J, Muñoz C, Sepúlveda K. Familia y motivación escolar: desafíos para la formación inicial docente. Estudios pedagógicos (Valdivia). 2016, 42(4), p. 165–182.
  27. García S, Ordóñez R, Vinuesa E, Izquierdo R. Expectativas de las familias del alumnado de formación profesional acerca de su futuro laboral. Education Policy Analysis Archives/Archivos Analíticos de Políticas Educativas, 2016,24, p. 1–24.
  28. Said-Hung E, Gratacós G, Cobos JV. Factores que influyen en la elección de las carreras de pedagogía en Colombia. Educação e Pesquisa. 2017 43(1), p. 31–48.

1 Hablaremos de subpoblaciones para referirnos a los tres grupos que ingresaron a la UV en los tres años bajo estudio. Nos referiremos a población cuando se trata de la totalidad conformada por esos tres grupos.

2 En los casos donde solo existía un miembro, la operación fue igualmente válida.

3Técnica incluida en el paquete estadístico SPSS. La variable escolaridad de padre tiene cuatro valores: 1. Sin estudios; 2. Estudios básicos; 3. Estudios Medio superiores; 4. Estudios superiores. La variable escolaridad de la madre tiene esos mismos valores. La maximización de índices sumó los valores de ambas y arrojó a su vez 4 valores nuevos, que clasificamos: 1. Al menos uno (a) de los padres sin estudios; 2. Al menos uno (a) de los padres con estudios básicos; 3. Al menos uno (a) de los padres con estudios de bachillerato; 4. Al menos uno (a) de los padres con estudios superiores. La definición técnica del índice es “Compara los argumentos (1, 2, 3, 4) y devuelve como resultado el que tenga el mayor de los valores válidos”.

4Establecimos una clasificación para cada figura: 1. Labores exclusivas del hogar; 2. Trabajador (a)/en oficios y sector servicios (albañil, obrero, trabajador eventual, intendencia, etc.); 3. Empleado (a)/propietario (a) a escala media (Empleado (a)/propietario (a) a nivel intermedio, técnico especializado, trabajador (a) administrativo); 4. Propietario (a) a gran escala; 5. Profesionista universitario (Sector público o privado). Posteriormente, se utilizó la maximización de valores y se obtuvo un índice de las combinaciones resultantes.